Friday, August 01, 2008

La casa de papel de Carlos María Domínguez

Cada vez creo con mayor convicción que cada libro tiene un momento para ser leído. Y para algunos (libros), talvez ese momento no llegue jamás.

La casa de papel es un libro del año 2004, que apenas llegó a la librería me fue recomendado por un librero. Confié talto en esa recomendación, que de inmediato el libro tuvo un lugar en mi mesa de luz, allí donde reposan las "próximas víctimas". Pero luego de algunos intentos infructuosos, abandó la mesa de luz para terminar apretado entre otros libros que tienen el invisible tag de futuras lecturas.

Fue recién en Febrero de este año que finalmente leí esta bellísima obra de Carlos María Domínguez

Yo estaba viajando a Uruguay y otro de los libreros de Capítulo dos me sugirió que leyera este libro, cuyo personaje "un coleccionista de libros arruinado y vencido ante la pérdida de su archivo, decide retirarse al confín de un pueblo costero para construírse una casa de libros"

Este pueblo queda en Uruguay, y esa conjunción de situaciones talvez colaboró en que finalmente esta ves me decidiera a leerlo.

Hoy estaba acomodando mis libros y volví a encontrame con La casa de papel e inmediatamente me reencontré también con las senciones de placer que tuve al leerlo.

Aunque esto pueda ser material de un futoro post, este fué el primer libro que fuí marcando (por placer) mientras lo leía. Y al ver alguno de esos párrafos resaltados, me dieron ganas de compartirlos, con quien -a su debido tiempo- lea este blog:

Todos los años regalo no menos de cincuenta ejemplares a mis estudiantes, pero no consigo dejar de sumar una nueva estantería, otra doble fila; avanzan por la casa, silenciosos, incocentes. No logro detenerlos.

Me pregunté muchas veces por qué conservo libros que sólo en un fituro remoto podrían auxiliarme, títulos alejados de mis recorridos más habituales, aquellos que he leído una vez y no volverán a abrir sus páginas en muchos anõs. Tal vez nunca!

A menudo es más difícil deshacerse de un libro que obtenerlo. Se adhieren con un pacto de necesidad y olvido, tal como sifueran testigos de un momento de nuestras vidas al que no regresaremos.

4 comments:

Humanoide said...

Tú lo has dicho. Cada libro tiene su momento. En la literatura, lo que hoy gusta, mañana disgusta y lo que hoy se ignora, mañana puede resultar determinante.
Es curioso que así suceda, pero así sucede. ¿A qué negarlo?
La moraleja es que hay que ser cauteloso a la hora de opinar.
La formación literaria es una construcción progresiva.

Anonymous said...

Ese libro es una joyita. Tambien lo recomiendo!!!

Anonymous said...

Otro recomendado, (en consonancia con La casa de papel)Firmin, de Sam Savage. Tambien, una historia sobre libros.
Miriam

Ais. said...

Me arriesgo a sugerir tambien La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafon :)